El sábado 13 de noviembre, diplomáticos de 197 países cerraron el Pacto Climático de Glasgow (COP26), un importante acuerdo enfocado en intensificar los esfuerzos para combatir el cambio climático. Éste invita a los gobiernos a diseñar planes concretos para frenar las emisiones de efecto invernadero para el próximo año en la COP27 en Egipto, e insta a las naciones ricas a por lo menos duplicar el financiamiento para proteger a los países más vulnerables de los riesgos que implican las temperaturas más elevadas para 2025, afirma el New York Times.

A continuación, te compartimos cinco conclusiones clave de la 26.ª cumbre anual de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, según El Economista.

1. Progreso insuficiente en la reducción de emisiones

El Pacto Climático de Glasgow supone un progreso gradual y no el avance decisivo necesario para frenar los peores impactos del cambio climático.

El Acuerdo de París establece que las temperaturas deben limitarse a muy por debajo de 2 °C sobre los niveles preindustriales, y que los países deben seguir esforzándose para limitar el calentamiento a 1.5 °C. Con los anuncios realizados en la COP26, se estima que la temperatura se eleve 2.4ºC.

Por mencionar algunas naciones, Nigeria se comprometió en alcanzar las emisiones netas cero en 2060 e India en 2070. Los países que representan el 90% del PIB mundial se han comprometido a alcanzar el objetivo de cero emisiones para mediados de este siglo.

Un calentamiento mundial de 2.4 °C está muy por encima de los 1,5 °C que señala el Acuerdo de París. Lo que queda por resolver es la brecha en las emisiones a corto plazo. Parece que las emisiones globales se estabilizarán esta década en lugar de mostrar las drásticas reducciones necesarias para estar en la trayectoria de 1.5 °C que pide el pacto. Hay un abismo entre los objetivos de cero emisiones a largo y corto plazo.

2. La puerta queda entreabierta para nuevos recortes en un futuro próximo

El Pacto de Glasgow señala que los actuales planes climáticos nacionales, las contribuciones determinadas a nivel nacional (o nationally determined contributions, NDC por sus siglas en inglés), están lejos de lo necesario para alcanzar los 1.5 °C. El tratado solicita a las naciones a regresar el próximo año con nuevos planes actualizados y bien definidos.

El pacto también formaliza que el uso del carbón debe reducirse progresivamente, al igual que el financiamiento hacia los combustibles fósiles. Aunque la redacción final sólo ordena una “reducción progresiva” del carbón y no una “eliminación”, esto es un gran paso. Es la primera ocasión que se mencionan los combustibles fósiles en una declaración de las conversaciones sobre el clima de la ONU y se reconoce que es necesario reducir rápidamente el uso del carbón y otros combustibles fósiles para hacer frente a la emergencia climática.

3. Los países ricos siguen ignorando su responsabilidad histórica

Los países en vías de desarrollo han solicitado fondos para pagar los costos sociales y económicos de los impactos climáticos como el aumento del nivel del mar y el clima extremo. Los países más afectados por desastres naturales (a causa del cambio climático) apuntan que las naciones más ricas, (que son responsables de manera desproporcionada por el calentamiento del planeta hasta el momento), deben compensar a las naciones más pobres por los daños derivados del calentamiento global.

Los países desarrollados, liderados por EE. UU. y la UE, se han resistido a asumir cualquier responsabilidad por estas pérdidas y daños, y han vetado la creación de un nuevo fondo que brinde apoyo financiero a las víctimas de desastres climáticos.

Según el NYT, "los países ricos, entre ellos Estados Unidos, Canadá, Japón y gran parte de Europa occidental, representan solo el 12 por ciento de la población mundial en la actualidad, pero son responsables del 50 por ciento de todos los gases de efecto invernadero relacionados con el calentamiento global que han emitido los combustibles fósiles y la industria en los últimos 170 años".

4. Las lagunas del mercado del carbono podrían debilitar el progreso

Los mercados de carbono podrían suponer un salvavidas para la industria de los combustibles fósiles, permitiéndoles reclamar “compensaciones de carbono” y continuar con su actividad (casi) como siempre.

Después de una intensa serie de negociaciones, se ha llegado a un acuerdo sobre el artículo 6º del Acuerdo de París. Este trata sobre los enfoques de mercado y no relacionados con el mercado para el comercio de carbono. Se han resuelto las mayores lagunas, pero todavía hay margen de maniobra para los países y las empresas.

Fuera del proceso de la COP, se necesitarán normas mucho más claras y estrictas para las compensaciones de carbono de las empresas.

5. Agradezcamos a los activistas del clima los avances: sus próximos movimientos serán decisivos

Al concluir la cumbre quedó claro que los países más poderosos no esperan generar un cambio radical tanto en las emisiones de gases de efecto invernadero como en la financiación para asistir a los países en desarrollo a adaptarse al cambio climático y dejar atrás la era de los combustibles fósiles. Pero su población –y en particular los defensores del clima- los están presionando mucho.

Se espera que haya más acciones enfocadas a la financiación de proyectos de combustibles fósiles, ya que los activistas quieren reducir las emisiones privando a la industria de capital. Sin estos movimientos que presionan a los países y a las empresas no se detendrá el cambio climático.

Otros acuerdos internacionales logrados en la cumbre:

  • Estados Unidos y China: Ambas potencias anunciaron un acuerdo conjunto para hacer más a favor de reducir las emisiones esta década. China se comprometió por primera vez a desarrollar un plan para reducir el metano (un potente gas de efecto invernadero). El pacto entre las dos naciones más contaminantes del mundo sorprendió a los delegados en la cumbre. El acuerdo fue superficial en detalles y China acordó “reducir gradualmente” el carbón a partir de 2026, sin especificar cuánto o durante qué período de tiempo.
  • Deforestación: los líderes de más de 100 países, incluidos Brasil, China, Rusia y Estados Unidos, prometieron poner fin a la deforestación para 2030. El acuerdo cubre aproximadamente el 85% de los bosques del mundo, que son cruciales para absorber dióxido de carbono y frenar el ritmo del calentamiento global. Algunos grupos de defensa criticaron el acuerdo por carecer de fuerza y ​​señalaron que esfuerzos similares han fracasado en el pasado.
  • Metano: Más de 100 países acordaron reducir las emisiones de metano, en un 30% para fines de esta década. La promesa fue parte de un impulso de la gestión de Biden, quien también anunció que la Agencia de Protección Ambiental limitaría el metano proveniente de aproximadamente un millón de plataformas de petróleo y gas en Estados Unidos.
  • India: El país se unió al creciente ola de naciones que se comprometieron a alcanzar emisiones “netas cero”, fijando el año 2070 como una fecha límite. Por otro lado se comprometió en aumentar el uso de energía de fuentes renovables, para así lograr que en el 2030 la mitad de su energía provenga de fuentes distintas a los combustibles fósiles. Cabe mencionar que India es uno de los mayores consumidores de carbón del mundo.

Información tomada de:

El Economista. Cinco cosas que hay que saber sobre el Pacto Climático de Glasgow.

NY Times. Conclusiones clave de la COP 26.

Imagen: Reuters. U.S. and China unveil emissions deal in bid to save UN climate talks.