El cierre de la mayoría de las plantas asiáticas, especialmente en China, disminuyó la capacidad de manufactura y proveeduría de los países de esta región, motivando a las empresas a acelerar los cambios en sus cadenas de suministro para depender menos de la nación asiática.
Ante esta situación, compañías de todo el mundo buscan nuevos destinos de inversión, poniendo su mira en México. El país se está promoviendo como una potencia manufacturera y un destino confiable de inversión, gracias a la aprobación del T-MEC por parte de Estados Unidos y Canadá.
El gobierno mexicano puso en marcha un “plan A”, buscando atraer inversión extranjera al país que hoy invierte en Asia, sobre todo en China; asimismo, alista un “plan B” de recortes en el gasto público y “más agresividad en la inversión”.
Alfonso Romo, jefe de la oficina de la Presidencia de la República, expresó que todas las dependencias gubernamentales ya están invitando a las compañías del mundo, sobre todo del sector de bienes intermedios como autopartes, a que inviertan en México.
“México debe presentarse como un país que aporta a la robótica, la inteligencia artificial, economía digital y el desarrollo de la creatividad”, indicó Luis de la Calle, ex subsecretario de la Secretaría de Economía.
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